Este fin de semana la policía chaqueña protagonizó un brutal ataque, que incluyó golpes, torturas psicológicas, abusos sexuales y todo tipo de apremios ilegales, contra jóvenes de la comunidad Qom de la localidad de Fontana.
Prensa Obrera dialogó con Jessica, la tía de los damnificados, que dio cuenta de los hechos.
En la madrugada del domingo había un grupo de muchachos discutiendo en la calle. Al ver esta situación, la policía comenzó a disparar y los jóvenes corrieron. La policía comenzó a cazarlos y en la corrida pasan por el frente de la casa de mi hermana Elsa, que es una vivienda ubicada en el barrio Banderas Argentinas, Fontana, donde estaban mis sobrinos mirando qué pasaba. La policía comenzó a disparar contra la casa y mis sobrinos corren hacía adentro. Sin presentarse, sin orden de allanamiento y sin mediar palabra alguna, la policía comenzó a patear las puertas y a disparar. Arrastraron a uno de mis sobrinos y comienzan a molerlo a palos. Los otros sobrinos estaban en la pieza calmando a mis sobrinas de 11 años, otra más chica de 8 años y mi sobrinito de 4 años”, señala la familiar de las víctimas.
Este fin de semana la policía chaqueña protagonizó un brutal ataque, que incluyó golpes, torturas psicológicas, abusos sexuales y todo tipo de apremios ilegales, contra jóvenes de la comunidad Qom de la localidad de Fontana.
Prensa Obrera dialogó con Jessica, la tía de los damnificados, que dio cuenta de los hechos.
«En la madrugada del domingo había un grupo de muchachos discutiendo en la calle. Al ver esta situación, la policía comenzó a disparar y los jóvenes corrieron. La policía comenzó a cazarlos y en la corrida pasan por el frente de la casa de mi hermana Elsa, que es una vivienda ubicada en el barrio Banderas Argentinas, Fontana, donde estaban mis sobrinos mirando qué pasaba. La policía comenzó a disparar contra la casa y mis sobrinos corren hacía adentro. Sin presentarse, sin orden de allanamiento y sin mediar palabra alguna, la policía comenzó a patear las puertas y a disparar. Arrastraron a uno de mis sobrinos y comienzan a molerlo a palos. Los otros sobrinos estaban en la pieza calmando a mis sobrinas de 11 años, otra más chica de 8 años y mi sobrinito de 4 años”, señala la familiar de las víctimas.
El Estado legitima completamente el accionar de sus fuerzas represivas, que despliegan la mano dura en los barrios más humildes y contra las comunidades originarias. El gobierno no ha dicho ni una sola palabra; tampoco se hicieron presentes los funcionarios de la Secretaría de Derechos Humanos, ni del Instituto del Aborigen Chaqueño, ni accionaron las contenciones psicológicas, sanitarias ni legales correspondientes con la gravedad del caso. Abandonando a las y los jóvenes con sus cuerpos destrozados y torturados por la policía, humillados, abusados y en shock (una de las jóvenes estaba bajo un ataque de nervios y desmayos producto de los abusos sexuales y la tortura). Son cómplices de estos aberrantes hechos que se replican en toda la provincia.
Desde el Partido Obrero exigimos la separación y la cárcel para los autores materiales de este aberrante episodio. Exigimos que se despliegue el abordaje psicológico y médico correspondiente con las y los jóvenes golpeados, torturados y abusados, como así también con el resto de la familia. Y hacemos responsables al gobernador Jorge Capitanich y a la intendenta Patricia Rodas por la integridad de los damnificados.
Basta de perseguir, criminalizar y estigmatizar a las y los hermanos originarios y la pobreza. Basta de guetos, de mano dura y represión en los barrios.
Fuente: Prensa obrera