LA PRIVATIZACIÓN DEL PARANÁ Y LA ZANAHORIA DEL MAGDALENA

Por @EnriqueAurelli, 21 abril de 2021

La agenda mediática  nos mete en una vorágine imparable, el Reset permanente del tema principal aturde al que está del otro lado de los medios de comunicación, invisibilizando los temas determinantes que la sociedad, el pueblo argentino, debería manejar, ya que de su conocimiento depende el presente y futuro de todxs.

El lector avezado está acostumbrado a librar los obstáculos que ponen los que construyen sentido “común”, pero las grandes mayorías no logran esquivar que se impongan con su relato los grupos hegemónicos, que ante cualquier opinión contraria a su agenda ataca.

Levantamos nuestra voz contra las decisiones tomadas en contra del pueblo argentino – sobre todo decisiones que le darán cuerpo a delitos económicos de lesa humanidad, pues afectarán a la vida, a los derechos ambientales, económico, de salud, vivienda, hábitat, alimentarios, entre muchos otros – contra los terribles intereses de unos pocos que concentran la riqueza que producimos, contras estas bandas de piratas locales protegidas por potencias y multinacionales extranjeras que se constituyen en verdaderas fuerzas de intervención no solo sobre los países, sobre su moneda y comercio, sino sobre la vida misma de cada ciudadanx.

Y como sucedió tantas veces en nuestros últimos 221 años de historia, aparecen los locos, los díscolos, los que levantan la voz, a lo Néstor, a lo Cristina en la ONU. Con el mandato del 9 de diciembre de 2015 en nuestros oídos, y la sangre a borbotones ante la omisión, distracción, o elución  de algunos aliados electorales del frente que gobierna la argentina.

Hay en juego intereses majestuosos en los puertos, el transporte, la logística, en la Bolsa de Comercio, exportando no sólo contrabando sino además fuerzas internacionales que van a comprometer a la Argentina, hundiéndola en una más profunda y fría sumisión para que no crezca. Si la Argentina no crece, vos y yo no tenemos para llenar la heladera, mandar a los hijes a estudiar, pagar el alquiler, o para el médico, cosas básicas. Si no hay trabajo y control de la plata que entra por las exportaciones no hay país que se sostenga en este sistema mundial: el global-capitalismo.

Cuando el ministro de Transporte de la Nación, Mario Meoni, afirma que el país va por una nueva licitación de nuestra red troncal de navegación bautizada por el neoliberalismo como Hidrovía, nos dice se va a reproducir lo mismo que se hace desde los ´90, se va a dejar jurídicamente comprometidos a todxs y cada unx de los habitantes de esta nación. Un ministro no puede tomar semejante medida si no tiene el aval de su mando directo. Nos preguntamos quién será el hombre de arriba: el señor de la oficina del FMI o el presidente, que es quien firma el decreto 949/20.

En ese decreto dice que se debería licitar bajo el esquema de la ley 17.520, por lo tanto, Meoni viene a ser el ejecutor de la medida del presidente. 

Hace unas semanas leímos en una nota la falta argumentos de peso, que explicaban porqué el presidente estaba equivocado respecto a no avanzar, con poner el dragado nacional bajo el ejido del Estado, rebatiendo cada uno de los argumentos que dio Alberto Fernández en una entrevista. La nota en cuestión fue firmada por medio millar de personas, avalando cada uno de los argumentos.

César Briatore, Técnico Superior en Administración Portuaria (UTN) y compañero de la Mesa de Trabajo por la Recuperación Nacional, y compañero de la Mesa de Trabajo por la Recuperación Nacional, deja explícito en su texto que realmente no había y  no hay ningún argumento técnico, financiero, económico ni operativo que explique la necesidad de privatizar nuevamente nuestros ríos, y construir nuevas autopistas de agua para que se lleven nuestra riqueza las multinacionales globales.  

Hoy nadie explica esto, solo dicen que “no hay importancia de quién drague”. Vamos a tratar de transitar una explicación posible. Para que crezca el empleo hace falta presupuesto, disponer de infraestructura para dar servicios. El ingreso del peaje de las exportaciones que bajan por la red troncal de navegación del Paraná (hidrovia), produce esos recursos.

Al mismo tiempo todo indicaría que no hay más datos que los que declaran los privados. El estado no tendría información oficial ya que no tuvo controles efectivos en los puertos, barcazas y buques, sobre el peso de las cargas de exportación, ni de la batimetría de cada día desde el inicio de la concesión por parte de Hidrovia SA. Datos que le den control efectivo sobre los movimientos históricos de sedimentos, flujos de agua, sobre el lecho fluvial en cada tramo, rectificaciones, etc. Y esto es preocupante.

La concesionaria manifestó que el año pasado cobró 200 millones de dólares en concepto de peajes, hasta que un informe reciente del Centro de Estudios Agrarios dijo que si se calcula la cantidad declarada exportada por lo que  vale el peaje, y compara con el metro cúbico que se dijo y cobró por dragar sedimentos, barro y arena de la vía troncal – que cuesta 3,06 dólares por toneladas, también declaradas por el privado- el resultado es más o menos 300 millones de dólares. Entonces, ya no son 200 son 300 los millones que se pagan cuando exporta Argentina. Ese tráfico de comercio exterior, cuando Argentina junta sus cosechas, extrae minerales y vende al mundo – pasa por nuestras vías navegables. Todas estas mercancías pagan ese peaje a la concesionaria extranjera. O sea, ellos tienen la garita del peaje que tiene el control real y operativo sobre lo que pasa por la autopista de agua que hicieron.

Entonces, cuando el presidente dice que el país quiere el control pero vuelve a licitar, ¿no hay una contradicción?  Si se licita para decir “control”, ¿no perdés el control al ceder la administración? Pues, parte de la planificación es el control. O sea, si la garita del peaje está en manos de un privado, el Estado no puede controlar. Si la autopista de agua la maneja el privado, no ser puede controlar. 

Pero más allá de eso, hablemos de la caja. ¿De dónde se saca la plata para  dar este servicio?  Ya dijimos que Hidrovía SA declara 200 millones de dólares y que una investigación del Centro de Estudios Agrarios dice que si se contraponen los datos de las toneladas exportadas por lo que cobra de peaje que cobra Hidrovía SA, en realidad son 300 millones.

Pero… también sabemos que hay una parte de mercancías que sale como contrabando, no declarada.  La Unidad de Investigación Financiera estima que pasó de todo por los puertos privados no controlados, por los buques privados no controlados y por la Hidrovía privada no controlada. Calculan que salió un tercio de lo declarado, o sea un tercio de 300 millones de dólares. Son 100 millones más y seguimos sumando. Ya no son 300 millones, son 400 millones de dólares de base, solo por peajes que se estima que entran a las arcas del concesionario privado, sin contar otros servicios que “brinda” la empresa…

Ahora, ¿cuántas grandes dragas necesita nuestro país para mantener el servicio? La zona norte de la cuenca del Paraná no se draga desde 2019, dicho por la Bolsa de Comercio de Rosario, porque no hace falta, porque por ahí pasan barcazas que no necesitan más que el calado existente. Entonces, ¿porque te cobran peaje si no se draga allí? Más allá de esto, ¿cuántas dragas hacen falta para replicar el servicio que se quiere licitar hoy?  

Desde la MTRN hicimos un seguimiento riguroso de los movimientos, desde el año pasado al día de hoy, de las unidades de dragado. Hidrovía SA nunca tuvo más de tres dragas al mismo tiempo, siendo que en su flota hay seis y una de ellas es nuestra, la Capitán Nuñez construida en los Astilleros Alianza. Es decir, la Argentina tiene capacidad operativa para construir artefactos navales de esa especificación.

Ahora nos preguntamos, ¿si tenemos un Estado tan necesitado de caja, más aún en dólares, tiene alguna explicación volver a entregar esta caja? No encuentro ningún argumento que no nos haga pensar mal sobre presiones externas del FMI, OCDE, y de los megamillonarios de las corporaciones logísticas Navieras/cerealeras con sus negociados. El ministro y desde el gobierno no tienen argumentos. La respuesta es ningunear la soberanía… nadie nos contesta. 

Hidrovía SA tiene seis dragas, pero solo tres trabajaron en simultáneo. A lo que se suma que una es argentina y a fin de mes la tienen que devolver.  En este contexto, no estamos preguntando por el resto de los artefactos navales cedidos por el Estado nacional en su momento, por los que el país no cobró un centavo. Ni por los 400 millones de dólares pagados desde el Estado hasta el 2003. O sea, dimos nuestro equipo para que trabajen, les pagamos y ellos cobraron aparte. Cualquier que presta sus equipos al menos espera que lo devuelvan en buenas condiciones y, de no ser así, que los repongan, ¿no?

Además, si tenemos en cuenta que la draga Capitan Nuñez sigue operativa después de tantos años y ella representa 6.000 metros cúbicos de tolva de cantará, que para el servicio en el Paraná nos hacen falta solamente tres dragas y ya tenemos una, por lo que solo tendríamos que cubrir dos unidades, ¿cuánto vale la mejor draga? Cuarenta millones de dólares, que es la Alfonso de Albuquerque, comprada en china.

Suponiendo que el sector privado no devuelva ninguno de los otros artefactos navales dados para operar en los noventa, estamos ante una situación que está expresamente prohibida por los pliegos licitatorios según expresa el registro de la Cámara de Diputados de la Nación en Sesiones Ordinarias 2009, Orden del Día 2037, Página 12: “El artículo citado establece también que, al finalizar la contratación, el concesionario deberá reintegrar al concedente las instalaciones y sus accesorios en condiciones de uso y conservación y con las mejoras realizadas, las que no le otorgarán derecho a retribución alguna por parte del concedente. Los equipos, al momento de reintegrarlos, deberán ser entregados en condiciones de operatividad, sin derecho a percibir retribución alguna por parte del concedente“. Una parte que nunca se va a encontrar escrita es que a los 25 años que le sumaron o restaron de la vida útil, si se presta un auto con 10.000 km y por renovaciones en el préstamo suma 25 años más, ya no interesa el kilometraje sino que se consumió toda su vida útil y que la AGN deberá controlar.

“En este sentido, se entiende que el concesionario ha adquirido sólo el derecho a la tenencia y uso en las condiciones preestablecidas del material flotante (buques y artefactos navales) y no flotante (equipos, muebles, útiles, inmuebles, muelles e instalaciones fijas) aportado por el concedente, los que siguen siendo propiedad del Estado nacional a lo largo de todo el plazo de la concesión”.

Retomando la suposición anterior al registro transcripto, deberíamos invertir solo 80 millones de dólares, lo que representa menos de la cuarta parte de lo que cobra por año Hidrovía SA. Cada draga tiene al menos una vida útil de 25 años, entonces que nos digan que no es negocio para el Estado tener una empresa nacional de dragado que trabaje en todo espejo de agua del país y no solo en el Paraná. ¿Cuánto ahorraríamos?

Parecería que hay funcionarios que no funcionan, por eso no quieren hablar del tema. Y los medios hegemónicos de las corporaciones tapan el tema distrayendo al pueblo con las barbaridades del Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y el mendocino separatista. Podemos hacer muchísimas lecturas, pero hay una sola certeza: no es bueno continuar por este camino para el gobierno popular.

Lo claro es que la Argentina está profundamente endeudada producto de la pandemia macrista y que la licitación que propone el presidente la controlan desde la OCDE, que es el club de los países ricos. Vale recordar que para ser miembro de la OCDE hace falta que los gobiernos hagan progresivos movimientos hacia la liberalización del comercio y los servicios. 

¿Qué podemos pensar? Que esto es Martínez de Hoz reload, que estamos frente a un modelo neoliberal actualizado o, en otras palabras, a un modelo de empresa de delivery en bicicleta, con la caja cuadrada en la espalda. 

Con la NO derogación del Decreto 949/20 estamos dando un paso más hacia la concentración de la riqueza en pocas manos Y la pérdida de laburo. El dinero que se necesita poner en el bolsillo de los trabajadores se va por el Paraná en los buques gringos. 

Si desaprovechamos esta oportunidad histórica para  resolver, con muy poco costos, problemas como el dragado, el ingreso de divisas, la creación de fuentes de trabajo y el control del comercio exterior , nuestro presente y futuro será realmente feo. Si los funcionarios no ven soberanía política en la independencia que genera manejar la económica y el efectivo control de nuestro territorio para brindar justicia social a nuestro pueblo, y que les estamos hablando con el corazón (Néstor), al menos contesten al pueblo argentino con el bolsillo y mírenlo por el lado de los números. Evidentemente, todo indica que hay fuertes condicionamientos y una gran predisposición de algunos a ceder a las licitaciones a extranjeros. 

Sabemos que tenemos una Argentina endeudada con el Fondo Monetario Internacional y que nos están poniendo condiciones. Sabemos que tenemos empresarios que concentran la riqueza, que estuvieron muy cómodos durante los últimos 25 años. Sabemos que todo este círculo se benefició con la licitación y que paga los 3,06 dólares sin chistar. Sabemos que los agro exportadores se juntaron en una mesa y dijeron: “hay que seguir con este sistema privado” (parece que algunos se asustaron luego de Vicentin, y sabemos que algunos acatan).

Da mucha tristeza ver cómo nos distraen con discursos, hablando en los mismos términos que aquí hablamos, pero luego terminan legitimando la licitación. Hasta cuadros fuertes del kirchnerismo han dejado de manifestarse contra del decreto 949/20. Suavizaron su discurso, justificándose con el tema de la relación de fuerzas. “Vamos despacio, dividamos en tramos, démoselo al gremio, vaya uno a saber porqué”. Se concentran solamente en otro gran negocio para pocos, llamado Canal de Magdalena, que sin una empresa de dragado, una industria naval, una bodega de carga, una flota fluvio-marítima y el peaje ejercido por el Estado, es solo negocio para los mismos que explicamos antes aquí. Y todo esto solo con la zanahoria del “control”. Hasta una comisión bicameral creamos para “controlar la Licitación internacional”.

Recuperar este recurso estratégico nacional a manos del Estado para el pueblo argentino e ir deconstruyendo los caminos recorridos desde la Ley de Reforma del E es un tema de soberanía. Es una cuestión geopolítica y geoeconómica fundamental para generar trabajo, obtener divisas y sostener nuestro proyecto político de país para todxs. Solo así se podrá combatir el plan fijado para la región desde el Norte. 

Miembro de la Mesa de Trabajo por la Recuperación Nacional

Fuente: contraeditorial.com

COMPÁRTELO